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Cuando la Naturaleza Calla el Mundo Grita

El momento de reaccionar no es cuando la crisis llega, sino antes.

Jueves 13, feb 2025. Por Ahudelis Vásquez

Santo Domingo, RD – Siempre hemos dado por sentado el verde que nos rodea. Árboles que dan sombra, flores que adornan los caminos, frutas que cuelgan de las ramas como regalos silenciosos. Nos hemos acostumbrado a respirar aire limpio sin preguntarnos quién lo purifica, a beber agua sin cuestionarnos quién la filtra, a disfrutar del canto de los pájaros sin pensar en los árboles que les dan hogar. Pero ¿qué pasa cuando la naturaleza deja de hablar y nos obliga a escuchar su ausencia?

El mundo ha aprendido de la manera más dura que la escasez es la voz más fuerte de la naturaleza. Solo cuando las cosechas se marchitan, cuando el agua se agota, cuando el calor se vuelve insoportable, es que nos damos cuenta de la fragilidad de nuestra existencia. Nos alarmamos cuando el precio de los alimentos se dispara, pero no nos preocupamos cuando los suelos son envenenados con químicos. Nos desesperamos cuando hay sequías, pero seguimos destruyendo los bosques que retienen la humedad. Nos quejamos del calor sofocante, pero talamos sin piedad los árboles que enfrían el planeta.

Las plantas son más que un adorno en el paisaje; son la base de la vida. Nos dan oxígeno, regulan la temperatura, filtran el agua, alimentan a miles de especies, y aun así, seguimos actuando como si fueran prescindibles. Solo basta con que una cosecha se pierda para que el hambre se sienta. Solo hace falta que un bosque desaparezca para que las inundaciones destruyan hogares. Solo un par de grados más en la temperatura global y la tierra se vuelve estéril, incapaz de sostenernos.

La ironía es brutal: destruimos lo que nos da vida y, cuando nos falta, entramos en pánico. Corremos a buscar soluciones desesperadas cuando ya es tarde, cuando el daño está hecho, cuando los ecosistemas colapsan y las pérdidas son irreversibles.

¿Hasta cuándo? ¿Hasta que el último árbol caiga? ¿Hasta que la última gota de agua se evapore? ¿Hasta que el aire sea irrespirable?

El momento de reaccionar no es cuando la crisis llega, sino antes. Debemos plantar más de lo que destruimos, cuidar más de lo que consumimos, respetar más de lo que ignoramos. No esperemos a que la naturaleza grite en su ausencia. Escuchémosla ahora, mientras todavía hay algo que salvar.

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