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El Silencio de los Pesticidas y la Herida en la Capa de Ozono: Una Alarma Urgente

Mientras enfrentamos estos problemas en nuestra tierra, hay otra amenaza que no podemos ignorar: la destrucción de la capa de ozono.

Jueves 6, feb 2025. Por Ahudelis Vásquez

Santo Domingo, R,D – Cuando pienso en el daño que le estamos haciendo al planeta, no puedo evitar sentir una mezcla de preocupación y responsabilidad. Este tema va más allá de las cifras y los estudios; nos afecta a todos directamente. Hoy quiero compartir con ustedes algo que me ha impactado profundamente: cómo el uso de pesticidas y productos químicos sigue afectando la salud de nuestro planeta y nuestra calidad de vida.

La República Dominicana depende mucho de la agricultura. Cultivos como el arroz, el cacao y el plátano son esenciales para nuestra economía, pero detrás de estos alimentos, hay una práctica alarmante: el uso desmedido de pesticidas.

Estos productos, diseñados para proteger las plantas, también están dañando el suelo, el agua y, por ende, nuestra salud. Algo tan simple como un tomate que compramos en el mercado puede estar cargado de químicos que tardan años en degradarse. Y lo peor es que, a menudo, ni siquiera somos conscientes de las consecuencias. Los pesticidas no se quedan en los cultivos; llegan a los ríos y mares, afectando la flora y fauna acuática. Además, muchas enfermedades crónicas están relacionadas con la exposición prolongada a estos productos, desde problemas respiratorios hasta alteraciones hormonales. Por si fuera poco, las abejas, esenciales para la polinización, están desapareciendo, y sin ellas, la producción de alimentos podría caer drásticamente.

Mientras enfrentamos estos problemas en nuestra tierra, hay otra amenaza que no podemos ignorar: la destrucción de la capa de ozono. Este escudo natural nos protege de los rayos ultravioleta, pero productos como los clorofluorocarbonos (CFCs) y otros químicos presentes en aerosoles y refrigerantes han debilitado esta barrera vital.

Aunque se han tomado medidas internacionales para reducir su uso, el daño ya está hecho. Esto significa más casos de enfermedades como el cáncer de piel, cambios en el clima que afectan directamente nuestra agricultura y ecosistemas vulnerables con especies que no pueden adaptarse a la exposición prolongada a la radiación UV.

Sé que a veces podemos sentir que estos problemas son demasiado grandes para que una sola persona haga la diferencia, pero les pregunto: ¿realmente queremos quedarnos con los brazos cruzados? Yo creo que no. Este es un llamado para que todos asumamos nuestra responsabilidad, desde pequeñas acciones en casa hasta exigir políticas más efectivas a nuestros líderes.

Promovamos prácticas agrícolas más seguras, apoyemos a los agricultores que usan métodos naturales como los biofertilizantes, reduzcamos el uso de plásticos y aerosoles dañinos, y optemos por alternativas más sostenibles y biodegradables. Además, es importante educarnos y compartir información para ser agentes de cambio en nuestras comunidades. También podemos participar activamente en soluciones locales, como jornadas de limpieza, campañas de reciclaje y apoyo a iniciativas verdes.

Quiero terminar compartiendo mi compromiso personal con este tema. Creo que cada uno de nosotros puede hacer algo para proteger el planeta. Desde elegir productos más sostenibles hasta alzar la voz en nuestras comunidades, cada acción cuenta. No esperemos a que el daño sea irreversible.

Imaginen un futuro en el que podamos respirar aire limpio, disfrutar de playas cristalinas y vivir en armonía con la naturaleza. Ese futuro depende de lo que hagamos hoy. ¿Estás dispuesto a ser parte del cambio?

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