Impacto de la Minería en San Juan: Riesgos Ambientales y la Necesidad de Regulación
Jueves, 31 de octubre de 2024
Santo Domingo. A pesar de sus aportes al desarrrollo, debido a sus impactos sociales y ambientales, la minería es una actividad que debe ser estrictamente controlada en todas sus etapas y en muchos casos
control estricto significa sencillamente prohibición.
Técnicamente es inconsistente y por tanto no admisible que los autores del Estudio Tecnico-
Economico del Proyecto Romero sustenten su plan de operaciones en base a las lluvias, cuando
en el lugar, en años generosos, llueve en 91 dias al año: Pretenden confundir la sociedad con el
faláz argumento de no utilizar las aguas del rio ni de ninguno de sus tributarios, cuando en su
misma edición especifican claramente que construirán estructuras para manejar el agua de
arroyos desde sus instalaciones. Eso comprometerá miles de metros cúbicos de agua por dia,
todo bajo el subterfugio de Minería Responsable, aún cuando hay evidencias palpables de la
merma y modificaciones naturales importantes en los regímenes de lluvia y de los caudales
locales.
De igual forma, se nos miente cuando se dice que sería un proyecto de 8 años, cuando
establecen con garantías legales que de obtener el permiso, el mismo tendría vigencia de 75 años,
dejando bajo oscura sombra las otras concesiones contiguas.
Hoy por hoy a la región Sur se le quiere envolver con argumentos corporativos bien formulados;
con penosas ofertas de enriquecimiento imposible, de todas las formas y tamaños: Se pretende
realizar el enajenamiento de las tierras altas de productores locales y el secuestro de las aguas,
creando así una inevitable presión social sobre áreas protegídas contiguas a las concesiones por
parte de productores y familiares desplazados, que nunca serían beneficiados por empleos de la
mnería. Estamos hablando de mas de 22 mil habitantes de 6 Distritos Municipales, que generan el
sostén familiar y abastecen a mercados locales y nacionales de actividades productivas que
realizan en la franja territorial en la vertiente Sur de la cordillera central, donde se han
concesionado para exploración 226.62 km².
Estas explicaciones nos obligan a exponer con claridad
que entregar esa zona alta a la minería, a demas del impacto ambiental directo sobre los
ecosistemas complejos de toda la zona y sobre las aguas para abasto a la población, generación de
energía y otros usos, es de igual forma poner en corto plazo en ruta de desaparecer el resto de la
vertiente Sur de la Cordillera Central, dejando a un lado el falsamente mencionado concepto de
sostenibilidad ambiental y uso racional de los recursos naturales. Es necesario un cambio de
rumbo en lo que a nuestra relación con la naturaleza se refiere.
Detener el deterioro de la ecosfera tiene mucho que ver con la disminución de la pobreza y con el logro de un bienestar y de una calidad de vida digna, con nuestra supervivencia como especie y con la de la biodiversidad del
planeta.
Es vital reajustar las prácticas de desarrollo, de manera que la economía no sea un factor
ni un argumento para justificar la agresión contra zonas que demandan de protección especial. La
racionalidad en el uso y/o explotación de los recursos naturales debe ser una práctica, no una
teoría. No es un secreto que las actividades mineras no han generado el bienestar social esperado en el
país ni mucho menos en las localidades donde hay operaciones mineras. Como en el periodo
colonial, nos han dejado la pobreza y la contaminación como secuela y que, a pesar de la
promoción corporativa, no son significantes los empleos de calidad. (COTUÍ, ECONOMÍA Y
POBLACIÓN, SIGLOS XVI-X). Estudios Sociales Vol. XXXVI, Número 133 Julio- Septiembre2003).
Pretender obligar a San Juan como zona de producción agricola a pasar a Distrito Minero, ademas
de comprometer una buena parte de la soberanía alimentaria, comprometerá de forma
indiscutible la calidad de las aguas, lo que acarreará situaciones de salud irremediables.
La confirmación de la existencia de un yacimiento minero en la Cordillera Central es una
información que cofirma la existencia de una riqueza natural importante, pero que puede
considerarse, sin temor a equivocaciones, como una riqueza adicional, no escencial para la vida ni
imprescindible para que la provincia Sanjuanera continúe su curso de crecimiento económico, el
cual ha sostenido en diversas áreas y durante décadas. No es cierto que la economía local y
nacional colapsaría si no se explotan esos yacimientos; muy por el contrario, aquello podría
constituirse en la oficialización de un desastre ambiental sin precedentes.
En lo referente a la regulación, Pretender que las corporaciones mineras se controlen a sí mismas
es ingenuo. Para la propuesta minera Proyecto Romero, por su localización, aplica la prohibición.
El autor es Ambientalista