Organizaciones piden proteger el Mar Caribe de los combustibles fósiles
- El carbón, el gas y el petróleo amenazan la biodiversidad, los pueblos y las culturas tan diversas que componen el Gran Caribe.
- La Red del Gran Caribe Libre de Fósiles está compuesta por organizaciones de Guatemala, Belice, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Guyana, Suriname, Las Bahamas, República Dominicana y Santa Lucía, que abogan por una transición justa lejos de los combustibles fósiles.
Cali, Colombia. La región del Caribe es una de las más amenazadas por nuevos proyectos de exploración y explotación de petróleo y gas, especialmente en el mar. Por esto, en el marco de la COP de Biodiversidad, se presentó este 23 de octubre un evento titulado “Mar Caribe Libre de Fósiles” donde se visibilizó la conexión que hay entre las luchas contra los fósiles en la región.
En la Sierra, Chiriguaná, departamento del Cesar en Colombia, el Colectivo Mujeres Guerreras lucha contra la explotación de carbón. “El carbón en nuestro territorio lo único que ha hecho es quitarnos los sueños y las ganas de vivir. Hoy por hoy las multinacionales se han convertido en enemigos de nuestros territorios, ya que cuando llegaron al territorio venían hablando de desarrollo, pero eso no se ve reflejado en ninguna parte, porque lo que vivimos es pobreza y miseria extrema” expuso Narlis Guzmán, Este contexto ha desencadenado una pérdida de la identidad y el arraigo cultural, así como el encarecimiento de la canasta familiar, la prostitución infantil, la drogadicción de los jóvenes y la comercialización sexual infantil.
Ese mismo carbón viaja a la costa del Golfo de Morrosquillo, también en Colombia, donde es exportado a otros países dejando atrás cenizas que afectan la salud de los locales. Desde ese mismo lugar se exporta petróleo, por lo cual han ocurridos varios derrames. Y para rematar, más afuera en el mar se hacen exploraciones sísmicas de petróleo que han generado grandes mortandades de peces. “Viendo la degradación que hay en los ecosistemas marino-costeros por los derrames de crudo, la devastación de los corales, de las ciénegas y los manglares, vemos que se viene atentando contra los derechos consuetudinarios de las comunidades ancestrales asentadas en el territorio del Golfo de Morrosquillo. Todo lo intrínseco del ser humano está siendo abolido por estas prácticas extractivistas. Nosotros los pescadores artesanales levantamos la voz y reclamamos al gobierno nacional para que se hagan políticas de recuperación ambiental en el territorio para poder tener ecosistemas saludables y una mejor producción de peces” expresó Julián Medina, de la organización de pescadores Asopargolmo.
Volviendo al carbón, una vez que sale de Colombia una parte viaja a República Dominicana, allí es quemado en la Central Térmica Punta Catalina, donde estudios indican que tanto la calidad del aire, el suelo y el litoral costero marino han sido afectados, así como la salud de las personas de las comunidades cercanas, en especial por el mal manejo de las cenizas que, según estimaciones, ronda las 400 mil toneladas al año.
En República Dominicana también hay presión para importar grandes cantidades de gas fósil desde Guyana. Este último va camino a convertirse en el país más rico per cápita gracias a la rápida expansión de la explotación petrolera en sus mares. Sin embargo, los beneficios de ese extractivismo no llegan a las poblaciones locales, quienes sufren por el alto costo de la vida y pocas oportunidades laborales.
El caso de Guyana también pone presión sobre países Centroamericanos que no explotan actualmente hidrocarburos, como Honduras y Costa Rica. Este último, con una reputación y trayectoria sostenible y renovable, ha visto como sus gobernantes presionan para buscar gas en sus territorios. Mientras que en Honduras existe ya un contrato de exploración en el mar frente a la Moskitia, una zona de alta diversidad biológica protegida por poblaciones originarias como los miskitos y garífunas.
Y aún más cerca de Guyana, en Suriname también sufren ya los efectos de la exploración y explotación de petróleo. «Nos enfrentamos a mucha corrupción, y nuestro gobierno acude a la COP16 con un montón de bonitas historias sobre nuestro 93% de cobertura forestal, mientras que la mayor parte de nuestros bosques están siendo destruidos por la minería, la tala y la explotación petrolífera. Nuestro presidente va a decir que seguimos siendo carbono negativo, aunque vayamos a exportar millones de barriles de petróleo. Los países ricos se apropian de nuestros recursos naturales para luego ganar mucho dinero en sus propios países, mientras nosotros destruimos nuestros países y la pobreza crece cada vez más», comentó Erlan Sleur de la organización Probios.
Pero no todas las historias de la región son negativas, en Belice la organización Oceana logró en el 2017 “La Ley de la Gente”, la cuál establece una moratoria de exploración en el mar y fue el resultado de un referéndum no oficial donde el 96% de los casi 30 mil beliceños que asistieron a votar dijeron no querer exploración de petróleo en sus mares. «En Belice seguiremos defendiendo y garantizando que los beliceños participen en la toma de decisiones a través de un referéndum nacional sobre temas como la exploración petrolífera, ya que estos temas requieren aportaciones nacionales y la participación de los beliceños. También animamos a nuestros hermanos y hermanas del Caribe a que nos aseguremos de no invertir en combustibles fósiles. Todos deberíamos descarbonizarnos de tal manera que nos aseguremos de no caer en el principio de business-as-usual», Ryan Rivera, Oceana Belice.
“En la Red del Gran Caribe Libre de Fósiles queremos invitar a otras organizaciones a unirse en la defensa de este gran ecosistema en el cual compartimos no sólo una extensa riqueza en biodiversidad y cultura, sino que también compartimos la vulnerabilidad antes los efectos del cambio climático como los huracanes y las sequías, producto inequívoco de la quema de combustibles fósiles” invita Carolina Sánchez, coordinadora de la Red del Gran Caribe Libre de Fósiles.