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Mecanismos financieros ambientales como solución al cambio climático

Por Licda. Enersi Georgina Mateo Luciano

La monetización del medio ambiente ha sido unos de los tópicos más extendidos y controvertidos en los últimos años. En el marco del mercado financiero internacional han surgido varias medidas alternativas en aras de mitigar el gran impacto que ocasionan algunas actividades humanas en el medio ambiente, especialmente aquellas ocasionadas por grandes empresas.

Los mecanismos financieros ambientales han venido a ofrecer un aliciente en lo que respecta a los efectos nocivos de la contaminación, mediante el ofrecimiento de instrumentos financieros que buscan otorgar incentivos económicos a aquellas empresas que contribuyan a la mejora de la calidad ambiental, usualmente dirigidos a los países más industrializados y desarrollados.

Este tipo de mercado ambiental basa sus sedimentaciones sobre el conocido Protocolo de Kyoto del año 1997, donde se establecen mecanismos financieros para reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero, entre ellos encentrándose el conocido mercado de carbono.

El mercado de carbono consiste en la emisión de certificados o bonos de carbono, que permiten a las empresas emitir una cantidad específica de dióxido de carbono a un precio establecido en el mercado, por ejemplo, un bono de carbono vendría a significar el derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono por parte de una determinada empresa.

En contraste, a las empresas que no emitan o disminuyan una gran cantidad de dióxido de carbono en su actividad, se le concede a su favor certificaciones con varios beneficios, en su mayoría económicos.

Por otro lado, resulta predicable al respecto los llamados bonos verdes, que son los bonos otorgados por instituciones públicas o privadas para financiar proyectos de impacto medioambiental positivo, es decir, aquellos proyectos que lleven consigo beneficios socioambientales y que generen un impacto significativo.

Los beneficiarios de los bonos verdes que realicen proyectos tales como la implementación de energías renovables, agricultura sostenible, tecnologías limpias, transporte sostenible, entre otros, deben reembolsar el capital ofrecido a sus inversionistas en un plazo convenido. De una u otra manera, con este tipo de alternativas financieras los inversionistas tienen la seguridad de que su dinero fue utilizado para la erradicación del cambio climático.

En la actualidad, el sector que representa la mayor cantidad de emisión de bonos verdes a nivel mundial es el sector energético, con las energías renovables y eficiencia energética.

Similarmente, existen los llamados bonos sostenibles que son aquellos que vienen a financiar proyectos sociales y sostenibles, y los bonos azules, que son aquellos bonos que buscan recaudar inversiones para financiar proyectos marinos y oceánicos que logren un impacto positivo en el medio ambiente.

En definitiva esta serie de mecanismos financieros ambientales viene a compensar la huella de carbono emitida por las actividades humanas, sin embargo, entre las desventajas que podían presentar este tipo de alternativas se encuentran los riesgos que deja en el medio ambiente, tales como el derecho a contaminar a un precio pautado (en el caso de los bonos de carbono), lo que podría implicar que su objetivo primordial de reducir la emisión de los gases de efecto invernadero diste en gran medida de la realidad, convirtiéndolo en un negocio lucrativo para algunos y no en una solución real, lo cual pone en duda su efectividad.

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